A Dress for Beatriz 

Back in 2020, when Covid started I decided to finally take the time to learn Macrame. I knew how to make some knots, but I wanted to understand better the technique and what better time to learn then in lockdown. Knitting has always been a very important part of my life. It’s hard to explain how knitting can bring so many benefits to your brain.  My mother taught me how to knit a very young age and it’s been my treasure. I would visit my grandmother and  we would sit hours in the sofa and knit our days away, some beautiful memories that I will always keep.

 

Macrame and crochet saved me during Covid, they became my therapy, my friend, my container. I learned new knots and made-up others. I gave myself permission to  make 3D drawings.  And little by little my series of  Dresses started to come alive. They represent the dress that we didn’t get to wear. That one dress that we bought for a special occasion that got canceled and was never worn and just stayed hanging there in our closets, like us. Waiting for a sign. Covid was confusing and terrying, the unknown.  The dresses are knitted around a cloth hanger. They are 360° pieces, if they are hang from the ceiling. The hanger was me, at the moment,  just hanging there, uncertain from everything that was going on. Waiting and knitting chains to keep me together and stable.  At first I was just knitting not really knowing where it was taking me, but it gave me stability and kept me enthusiastic about my new project.

 

 

Spanish Version

 

Un Vestido para Beatriz

Hace dos años en el 2020 dedique parte mi encierro aprender Macrame. Este era un pendiente que tenia en mi lista de vida. Creci siendo tejedora de maya y crochet, pero durante el encierro de Covid, enredar lana fue mi salvación, mi terapia y mi polo a tierra. Es difícil explicar como hacer nudos, uno detrás del otro puede causar tanta tranquilidad y hacerle tan bien al cerebro. Creci tejiendo con mi madre y mi abuela, son recuerdos que guardo y al tejer se reviven.

El macrame y el crochet me salvaron durante los encierrons de la pandemia, fue la manera que encontre para mantenerme sana y tranquila.

 

Aprendi hacer nuevos nudos, he invente otros y a partir de ahí me di libertad para dibujar con la cuerda, mis vestidos se salen del macramé y se convierten en dibujos en 3D. Poco a poco, con mucho trabajo mis vestidos empezaron a tomar vida. Representan aquel vestido que no usamos, que se quedo colgado en el closet, esperando ser usado. Se quedo esperando, asi como lo hicimos nosotros en ese momento en que el mundo paro y nos tuvimos que detener y esperar. Empece a tejer cadenas en los vestidos y estas me dieron estabilidad y el control de mis emociones. Los vestidos estan tejidos alrededor de un gancho de ropa. Son piezas de 360 °grados si son suspendidas del techo, tambien funcionan muy bien en una pared. El gancho me representa a mi en su momento, colgada, esperando. Al principio no estaba muy segura que era lo que tejia, pero enredar hilo me mantenia estable y entusiasmada sobre el nuevo proyecto que empezaba a nacer.